Rosie Rivera ya está más que acostumbrada a las críticas, pero también está acostumbrada a ignorarlas. Por eso cuando estas surgieron tras el anuncio de su participación en ¡Mira quién baila!, la hermana de Jenni Rivera decidió seguir adelante con una sonrisa porque sabía en su corazón que tenía un propósito más grande.
Aunque fue eliminada del concurso donde vivió incontables noches de llanto por lo difícil que fue la competencia, su cometido se cumplió: ayudar a la juez Lolita Cortés a lidiar con el dolor de haber sido abusada sexualmente.
“Lola Cortés pudo abrirse sobre el abuso sexual que había sufrido en su vida. Fue un momento que parecía que [se] paraba el mundo, que ya no importaba una pista o el baile o las votaciones. Ese momento fue tan impactante. Nadie respiraba en el foro porque todos nos sorprendimos [por la confesión]” Cuando me preguntó: ¿Cómo perdonaste al hombre que abusó de ti? Ella dijo que no había podido perdonar [a su abusador]. En ese momento supe: ‘Para eso viniste, para ayudar a Lola y a tanta gente que vio el show’”.
Compartió que su cercanía a Dios le ayudó a perdonar a Trino Marín, la expareja de Jenni, quien cumple una condena de 31 años de prisión por abusar de Rosie y su sobrina Chiquis Rivera.
Ahora con la supuesta posible liberación temprana de Marín — que Rosie duda que suceda ya que por la legislación californiana se la debe alertar por ser una de las víctimas y hasta el cierre de este artículo no había recibido noticia — desea que el preso se acerque a sus hijos Chiquis y Mikey Rivera.
“Me gustaría que hablara con Mikey y con Chiquis, que tuviera esa plática donde hay tantas cosas que decir, tantas cosas que a ellos les hace falta escuchar y no sé qué son, no podría decir que es lo que ellos necesitan, no me han dicho que necesitan nada, pero me imagino que todos queremos unas palabras de nuestro padre”, dijo Rosie a People en Español.
“En mi mundo de ilusiones, de ideales, quisiera que hablara con ellos. Él habla con Jacqie y le ha ayudado muchísimo tener una relación normal se puede decir, con su papá donde pueden platicar, le da consejos, él ora por ella y le dice su opinión sobre situaciones en su vida. Que Mikey pudiera tener ese hombre [en su vida]. No sé si Mikey lo recibiría, es una idea loca mía, pero eso sería para mi ideal”, agregó.
Rosie señaló que no busca una disculpa de Marín. “No necesito [que] a mí personalmente Trino me diga nada, ni que me diga perdón, ni nada porque yo ya sé la verdad y él lo está viviendo. No necesito nada para mí. Hay un joven de 27 años que nunca se pudo despedir de él ni de su mamá y podría empezar a tener una relación de amistad, de consejero, de mentor por lo menos, con su padre. Eso es lo que quisiera. Si eso sucediera sería la mujer más feliz”.
Además, la también predicadora confesó que otro sueño loco sería invitar a Marín a contar su historia en las conferencias religiosas que ofrece porque asegura que su abusador podría ayudar a millones de personas con su testimonio.
Mientras Marín continúa en prisión, Rosie se enfoca en su nuevo libro Secretos, sal de la oscuridad, y en un proyecto relacionado con su fallecida hermana con el que podría trabajar con Emilio Estefan.
¿Será la película de Jenni Rivera la que están cocinando juntos?